Diferenciar entre la economía colaborativa y la economía bajo demanda es clave para una correcta estrategia en Recursos Humanos

4 junio, 2021

Hay muchos modelos de negocio que consisten en una plataforma de base tecnológica donde profesionales ofrecen sus servicios que son adquiridos por los usuarios.

Conocer las distintas modalidades es fundamental para que una empresa pueda dar forma a su estrategia en cuanto a recursos humanos.

En este artículo veremos la diferencia entre la economía colaborativa frente a la economía bajo demanda. Aparentemente podrían parecer lo mismo: basarse en la tecnología para poner en contacto oferta y demanda de servicios o productos. Pero hay importantes diferencias que, si no se conocen, pueden dar al traste con muchos nuevos modelos de negocio.

Los modelos basados en economía colaborativa son muy conocidos por el gran público. Así tenemos UBER, Airbnb, Blablacar…

En la economía colaborativa, un particular ofrece su capacidad ociosa para obtener un beneficio, un abaratamiento, un intercambio… Pero la clave aquí es que quien ofrece ese producto o servicio es un particular.

Aquí entran muchos problemas de regulación ya que quien da ese servicio no es un profesional, ni ejerce legalmente una actividad económica, ni ofrece una seguridad al consumidor al no estar bajo el control de ningún organismo.

Muchos piensan que es el dueño de la plataforma tecnológica quien se responsabiliza del servicio y producto… pero no es así. Como mucho, la plataforma trata de homogeneizar los patrones que ofrecer a través de filtros y condiciones…

Economía colaborativa y bajo demanda

La gran diferencia con la economía bajo demanda

La economía bajo demanda, es la evolución de la ‘economía colaborativa‘. Consiste en generar el producto o servicio sólo una vez realizada la compra por parte del consumidor. También se basa en la tecnología, pero en este caso hay una segunda diferencia notable: el servicio o producto lo da un profesional, también con capacidad ociosa, pero con la acreditada formación, y sus correspondientes altas en actividades económicas y seguros sociales y de responsabilidad.

Bajo este modelo, ya es posible encontrar servicios de consultoría, interim management, abogados, programadores, lavandería…

Cambios laborales

Por lo tanto, una empresa de economía bajo demanda, ha encontrado la manera de producir bienes o servicios más baratos que si los produjera ella misma, y un trabajador ha encontrado una manera de reincorporarse al mercado laboral o de complementar su salario utilizando su capacidad ociosa.

Aunque seguramente, los modelos laborales tradicionales tengan que coexistir con los nuevos ya que siempre habrá necesidad de producir a gran escala o de trabajos artesanos.

Y esto da mucho juego puesto que nos permite reconocer la diversidad de las personas: hay gente que prefiere sacarse un sobresueldo pero sin mucha dedicación para emplear su vida en la familia, o en estudios, o en estar ocupado durante su jubilación… También hay personas que pueden encontrar oportunidades laborales que de otro modo no llegarían y sin tener que convertirse en emprendedor… Y así una gran casuística.

Pero, la coexistencia de modelos laborales también permitirá que tengan su hueco aquellos que se hipotecan, tienen hijos estudiando… En definitiva, los que necesitan una mayor estabilidad.

Por lo tanto, la regulación laboral de los trabajadores en empresas de economía bajo demanda tiene que aparecer, pero también habrá que cambiar la regulación de las empresas laboralmente tradicionales para que sean competitivas.

Ventajas e inconvenientes

En las empresas diseñadas bajo el concepto de economía bajo demanda tienen el objetivo de conseguir sus bienes o servicios más baratos en el mercado que producirlos en su propia empresa.

Para ello proporciona unas ventajas a las dos partes que interactúan en su plataforma:

  • proporciona al consumidor un paraguas corporativo, es decir: dar al consumidor la seguridad de que su servicio o producto lo ha realizado un profesional que ha pasado unos filtros.
  • proporciona al profesional (o micropyme) la seguridad de que va a cobrar en tiempo y forma.

Pero también hay algunos inconvenientes:

  • La empresa, para competir, exige a los proveedores autónomos unas bajadas de precios que pueden llegar a desmotivar al trabajador.
  • Las actuales regulaciones favorecen los modelos laborales tradicionales. Pero si un país quiere ser competitivo, estas regulaciones deberán cambiar garantizando controles y seguros a sus trabajadores, calidad y protección al consumidor y competencia legal entre empresas tradicionales y nuevas.
  • Si un trabajador no obtiene suficientes encargos de una empresa de economía bajo demanda, este puede ir a trabajar con la competencia.
  • Si la empresa crece mucho, es difícil dar una oferta homogénea.
  • Los gastos en marketing son enormes, por lo que piden más esfuerzo económico a sus trabajadores…
  • Si no se legisla, no habrá carreras profesionales para este tipo de trabajadores. Y su formación correrá íntegramente a cargo de ellos mismos.

Así, las empresas de economía bajo demanda están teniendo mucho éxito, pero serios problemas de escalabilidad.

Pero la tecnología permite que la capacidad ociosa de los freelance y micropymes pueda dar servicios y productos más eficientes que una gran empresa…

Por lo tanto, una empresa deberá llegar a un equilibrio entre lo que contrata fuera de su empresa y lo que produce ella misma.

Estamos ante un escenario donde la tecnología ha propiciado cambios en los modelos de negocio, la legislación, el modo de vida, coexistencia con modelos válidos anteriores, nuevo papel de las personas… Donde tenemos que legislar y regular para ser competitivos, y proteger a trabajadores y consumidores.

Todo ello formará parte de la estrategia en RRHH que se implemente en la empresa. Los egresados del Máster en Organización del Trabajo y Gestión de RRHH que se imparte por la Cámara Oficial de Comercio de Madrid y la Universidad Autónoma de Madrid, adquieren conocimiento y experiencia práctica en el análisis y evaluación de este tipo de entornos, lo cual es clave para desarrollar cualquier proyecto empresarial contemporáneo.

Francisco Martín San Cristóbal

Director de relaciones corporativas. Profesor en Cámara de Madrid

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