El liderazgo femenino en la empresa, un reto cada vez más alcanzable

¿Qué duda cabe ya de que el liderazgo femenino se está consolidando en ámbitos y sectores económicos muy diversos? Lo corroboran los datos, que señalan que, en 2021, las mujeres ya ocupan el 31% de los puestos de trabajo de directivas.

Estas cifras provienen del informe Women In Business 2022: La Era del Talento, en el que se ha hecho un seguimiento del avance de las mujeres en los últimos años, al ocupar puestos directivos. Este revela que, en la última década, se ha producido un incremento del 11%.

Su incorporación en las juntas directivas de las empresas ha permitido detectar algunas diferencias en la gestión respecto al liderazgo masculino. Por ejemplo, el informe Women in the Workplace 2021 (Mujeres en el trabajo 2021), de McKinsey & Company, revela que la mayoría de los encuestados consideran que las mujeres son mejores para garantizar el bienestar de los miembros de su equipo, para ayudar a sus empleados a transitar por procesos de cambio en el trabajo y para tomar medidas para prevenir el síndrome de “burnout” (estar quemado) en el trabajo. También consideran que las mujeres invierten más tiempo en fomentar la inclusión, equidad y diversidad.

De hecho, existen datos que indican una tendencia a una mejor valoración del liderazgo femenino por parte de los empleados. En el informe The Female Boss: How We See Women in Power [2021 Study] (La mujer jefa: ¿cómo vemos a las mujeres en el poder?), de ResumeLab, encuentran que el 38% de las personas prefieren trabajar para una jefa en comparación con el 26% que prefiere trabajar para un jefe.

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Estos son algunos ejemplos de las tendencias que se están produciendo hacia una mejor valoración del liderazgo femenino. Pero, aun así, los retos a los que se enfrentan las mujeres en el trance hacia el liderazgo y al ejercerlo siguen siendo muchos y complejos, a menudo, como resultado de sesgos que se producen al evaluar un liderazgo que finalmente es relativamente nuevo, en comparación con el liderazgo masculino.

Por ejemplo, el 45% de los encuestados por la universidad de Heinrich-Heine-University Düsseldorf, en el informe Prejuicio contra las mujeres líderes: percepciones desde un enfoque de cuestionamiento indirecto, considera que las mujeres tienden a tomar decisiones emocionales y que los hombres toman decisiones lógicas. Este tipo de sesgos derivan en que las mujeres sientan que tiene que cumplir con unos estándares de cualificación más elevados que los que se les exigen a sus compañeros.

Y se ve reflejado también en el nivel de representación que tienen en los puestos directivos y en la percepción que la sociedad tiene de este hecho. El informe antes citado de ResumeLab revela que el 59% considera que las mujeres están infrarrepresentadas en los puestos de liderazgo, y el 52% considera que están sobrerrepresentadas en los puestos auxiliares. En el análisis de McKinsey & Company, encontraron que las mujeres están representadas en el 48% de los puestos de trabajo de ingreso en las compañías, sin embargo, solo el 24% en los puestos de trabajo de liderazgo.

En definitiva, son muchos los retos a los que se tienen que enfrentar las mujeres para llegar a ser líderes y, cuanta más capacitación y redes de networking se construyan, más fácil será transitar por este camino.

Por ello, la Cámara de Comercio de Madrid apuesta por la formación para fomentar e impulsar la carrera profesional y personal de las mujeres directivas y empresarias, mediante la Edición 36ª del Programa Superior de Mujer y Liderazgo en su Escuela de Negocios.

Este curso está dirigido a profesionales con gran vocación de liderazgo, relevantes en su sector, que necesitan mejorar sus habilidades y ampliar su red de contactos.

En las ediciones pasadas, este programa se ha caracterizado por la variedad de perfiles profesionales de las mujeres directivas que lo cursan, lo que ha contribuido a enriquecer el networking y el debate en sus aulas. De hecho, una de las actividades más atractivas del programa es el conjunto de encuentros con personalidades destacadas de diferentes ámbitos empresariales.

En definitiva, el liderazgo se está afianzando y esto está demostrando muchas ventajas para las empresas y para las mujeres. Sin duda, es una tendencia que se mantendrá en alza y la apuesta por la formación es una excelente estrategia para sumarse a esta tendencia. 

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